Guía metodológica para el manejo participativo de riesgos climáticos en cadenas de alto valor nutricional

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La seguridad alimentaria y la nutrición de la población más vulnerable en países de ingresos medios y bajos es uno de los compromisos que tienen los países como parte de los objetivos de desarrollo sostenible (SDG 2). Sin embargo, aún sigue siendo un gran reto si esperamos llegar a hambre 0 en el 2030, si vemos que en los últimos tres años anteriores el hambre se mantiene en los mismos niveles, con 713 – 757 millones de personas en 2023, es decir, 1 de cada 11 personas en el mundo y 1 de cada 5 personas en África (FAO 2024). El mismo informe nos dice que un tercio de la población en el mundo (2,8 billones) no logra tener una dieta sana y nutritiva debido a la pobreza en países de ingresos bajos y medios y exacerbada por factores externos como conflictos y eventos climáticos extremos que impactan los medios de vida y los sistemas alimentarios.
Muchos países de ingresos bajos y medios alrededor del mundo experimentan periodos de escasez de alimentos por eventos climáticos anuales de acuerdo con sus contextos específicos. Estos fenómenos naturales agudizan y/o prolongan estos periodos de escasez debido a que golpean las agro-cadenas locales, en muchos casos por no tener información climática disponible para identificar los momentos de siembra cuando no hay riego o cuando se van a realizar prácticas para la adaptación de cultivos o manejo de animales. Además, aun no hay mucho entendimiento de como estos eventos afectan a los actores de las cadenas más allá de la producción en donde también puede haber impactos negativos en la transformación y distribución, reduciendo la cantidad de alimentos y en muchos casos reduciendo el valor nutricional de los alimentos afectando la población más vulnerable.
El manejo de riesgos climáticos en sistemas alimentarios es importante en donde cada cadena agroalimentaria es única de acuerdo con su contexto en un país y en cada región. Los eventos climáticos no afectan por igual a las cadenas debido a las características intrínsecas de cada alimento como su composición nutricional, su nivel de transformación, la forma en que este es consumido de acuerdo con las preferencias locales del mercado o si el producto o alimento está más enfocado a exportación que a consumo nacional o local. Es por esto por lo que cada sistema alimentario se debe evaluar de acuerdo con su contexto social, ambiental y económico. En lo posible, identificar las agro-cadenas más importantes dentro del sistema alimentario local o nacional y su relación con su contribución nutricional de acuerdo con las deficiencias específicas.
Esta guía está orientada para que una organización, ONG, agencia de desarrollo o instituciones nacionales que deseen hacer plan estratégico participativo para el manejo de riesgos climáticos con los actores interesados de cadenas agropecuarias con alto valor nutricional.

Food security and nutrition for the most vulnerable populations in low- and middle-income countries remain a critical commitment for nations as part of the Sustainable Development Goals (SDG 2). However, achieving zero hunger by 2030 remains a significant challenge, particularly as global hunger levels have stagnated over the past three years, affecting 713–757 million people in 2023. This means one in every 11 people worldwide and one in every five in Africa is affected (FAO 2024). The same report highlights that one-third of the global population (2.8 billion) cannot afford a healthy and nutritious diet due to poverty in low- and middle-income countries, further exacerbated by external factors such as conflicts and extreme climate events that disrupt livelihoods and food systems.
Many low- and middle-income countries around the world face annual food shortages due to climate events specific to their contexts. These natural phenomena exacerbate and/or prolong these periods of scarcity by impacting local agri-food chains, often because of a lack of available climate information to identify optimal planting periods in rainfed systems or to implement crop adaptation and animal management practices. Furthermore, there is limited understanding of how these events affect stakeholders beyond production, including processing and distribution, where negative impacts can reduce the quantity and, in many cases, the nutritional value of food, further disadvantaging the most vulnerable populations.
Managing climate risks in food systems is essential, as each agri-food chain is unique to its context within a country or region. Climate events do not affect all chains equally due to intrinsic characteristics of each food product, such as its nutritional composition, level of processing, market consumption preferences, or whether the product is more focused on export or local/national consumption. Therefore, food systems must be evaluated based on their social, environmental, and economic contexts. It is crucial to identify the most important agri-food chains within local or national food systems and assess their nutritional contributions in relation to specific deficiencies.
This guide is intended for organizations, NGOs, development agencies, or national institutions that wish to develop participatory strategic plans for managing climate risks with stakeholders of high-nutritional-value agri-food chains.

Rodriguez-Camayo, F.; Hernandez-Quevedo, M.; Navarro-Racines, C.; Ramirez-Villegas, J. 

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