En respuesta al panorama de inseguridad que aquí se plantea, la agricultura de conservación (AC) constituye una solución potencial. La AC se basa en tres principios: reducir al mínimo el movimiento del suelo; dejar el rastrojo del cultivo en la superficie del terreno para que forme una capa protectora; practicar la simebra de diferentes cultivos, uno después de otro, o sea, la rotación de cultivos.