Del microscopio a la huerta: La investigación científica y su contribución a la agricultura familiar y al emprendimiento rural

Share this to :

Por Joaquín Lozano, Director para América Latina y el Caribe, CGIAR

Este texto refleja algunos de los pensamientos que el Director Regional para ALC del CGIAR, Joaquín Lozano, compartió con los participantes en el XVIII Foro Internacional del Emprendedor que se llevó a cabo en Loja, Ecuador, del 9 al 10 de noviembre. El Foro, organizado por la Universidad Nacional de Loja, la Universidad del Azuay y la Universidad Andina Simón Bolívar, se centró en el tema Emprendimiento y Desarrollo Productivo Rural.

El Director Regional para ALC del CGIAR, Joaquín Lozano, durante su intervención en el XVIII Foro Internacional del Emprendedor que se llevó a cabo en Loja, Ecuador.

“De la huerta a la mesa”. En los últimos años, diversos gobiernos de América Latina han empleado eslóganes similares a este para promover el consumo de alimentos producidos por los agricultores familiares de su país.

Los alimentos provenientes de la agricultura familiar tienen varios puntos a su favor. Son más sanos y nutritivos y benefician económicamente a los agricultores familiares locales, responsables de hasta un tercio de la producción de alimentos mundial.

El papel de estos agricultores es esencial en un planeta en el que se calcula que en 2050 la demanda de alimentos habrá aumentado en un 70% -comparada con la que existía en 2010- debido al aumento de la población.

No hace falta viajar al futuro: el actual contexto de crisis alimentaria mundial causada por la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania nos demuestran la importancia de garantizar el suministro y accesibilidad a los alimentos. La agencia de Naciones Unidas para las emergencias alimentarias, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) aseguraba en julio de 2022 que solo en los 13 países de América Latina y el Caribe en los que trabaja había 9,7 millones de personas con necesidad urgente de ayuda alimentaria. También señalaba que en esos 13 países la inflación del costo de los alimentos oscilaba entre el 11 y 26%.

A estos factores coyunturales debemos sumar el factor estructural del cambio climático, que está reduciendo rápidamente la superficie de tierra cultivable. Hoy más que nunca está claro que debemos cambiar nuestros sistemas alimentarios -la forma en que producimos, distribuimos y consumimos comida-.

Así, volviendo al lema “de la huerta a la mesa”, creo que hay que complementarlo con uno nuevo: “del microscopio a la huerta”.

Participantes en el XVIII Foro Internacional del Emprendedor en Loja, Ecuador.

Hay muchos factores que influyen en la productividad agrícola, pero tal vez el más importante es la innovación tecnológica que, a su vez, tiene su fundamento en la investigación. Es necesario transformar la investigación científica agrícola en innovaciones tecnológicas concretas que puedan ser utilizadas por los agricultores familiares para incrementar su producción, emprender y acceder al mercado en buenas condiciones.

De esta manera, el rendimiento de sus explotaciones agrícolas y ganaderas les permitirá no solo subsistir, sino vivir con dignidad y progresar. Todo ello redundará no solo en su beneficio, sino en el del conjunto de nuestras sociedades.

Para que ello sea posible, es necesario que exista una cadena de transmisión de conocimiento que permita hacer ese recorrido desde el microscopio en el que científicos examinan la calidad del suelo o las propiedades de una semilla a la huerta.

Para que esa cadena de transmisión sea sólida, es necesario que no le falte ningún eslabón. Y cuando digo eslabón me refiero a socios. Es necesario contar con las organizaciones de productores, el sector privado, la academia y, sobre todo, los gobiernos, para que las innovaciones tecnológicas que desarrollan organizaciones científicas como el CGIAR sean puestas al alcance de la gran mayoría de agricultores familiares y PYMES rurales.

El Director Regional para ALC del CGIAR, Joaquín Lozano, en la mesa inaugural del XVIII Foro Internacional del Emprendedor que se llevó a cabo en Loja, Ecuador.

Esa cadena la estamos impulsando y fortaleciendo en América Latina y el Caribe a través de diversas iniciativas. Principalmente a través de la iniciativa regional AGRILAC Resiliente, cuyo objetivo es aumentar la resiliencia, sostenibilidad y competitividad de los agricultores familiares de la región, dotándoles de herramientas para hacer frente al cambio climático y garantizar que puedan seguir produciendo alimentos sanos y nutritivos.

Nuestros centros del CGIAR basados en las Américas -el Centro Internacional de la Papa (CIP), el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT), la Alianza Bioversity y  Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la oficina regional del Centro Internacional de Investigación en políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés)-, en sinergia con los demás centros alrededor del mundo, nos dotan de una capacidad única para contribuir a construir esa sólida cadena de transmisión.

Solo una amplia alianza puede enfrentar el desafío multidimensional de garantizar que, gracias a la investigación científica aplicada a la vida real, la seguridad alimentaria sea un derecho real para todos y no un privilegio de pocos.

De que consigamos o no ese objetivo depende la estabilidad, el bienestar y hasta la supervivencia de nuestras sociedades.

Aquí tienen algunas ligas que reflejan la cobertura de medios que la visita de Joaquín Lozano a Ecuador generó:

Diario Crónica

La Hora

Hora 32

Ecotel Press (p.16)

Universidad de Loja

Share this to :